Desde este sur sediento hoy parto una lanza
por tu soberanía, por tu independencia.
Te habla un andaluz asqueado de su patria;
si lo piensas, los dos somos carne de cañón.
Tú tienes tu “senyera”; yo, mi blanca y verde.
Tú tienes represión; yo tengo paro.
Tú, al golfo de Pujol; y yo, los EREs.
¡Somos tan distintos y tan iguales, al fin y al cabo!
Tú tienes a San Jorge; yo tengo dragones.
Tu nobleza es franquista, igual que la mía.
Los dos, un parlamento lleno de ladrones.
Que la pela es la pela en las autonoMidas.
Tú tienes una lengua;
yo, un bendito dialecto;
pero no nos entienden desde hace siglos
en el Congreso.
Los dos tenemos cuna romana,
el sol fenicio, el paso fronterizo del alma gitana.
Pan con aceite matando el hambre.
Yo, castillos de arena; y tú, castillos en el aire.
Y, aunque te pese,
aunque te duela,
te corre por las venas
mi sangre y mi jornal.
Los dos tenemos vagos,
y un rey que alimentar.
Desde este sur sediento,
no es tiempo de envidias.
No te diré cobarde
si decides marcharte.
Tú siempre serás parte
de mi sagrada familia.
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