ÍNDICE DEL GULMONT


de los artículos incorporados a los distintos 'blogs' del Grupo Universitario Laboral de Montaña, con otras NOTICIAS actuales.



domingo, 18 de mayo de 2014

El periplo del GULMONT

El periplo del Gulmont
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En el número 8 de la revista Paraninfo, de los AA de la U.L.C., publicada en marzo de 2014 por Iñaki Fernández Arriaga y otros, se incluye el siguiente "diálogo" entre Ricardo Veroz Herradón y Pere Plana Panyart:






El periplo del GULMONT

El punto de inicio del Gulmont está bien claro en el tiempo, en la persona que lo fundó y en el lugar: Fue un invento de Santiago Pérez Gago, el día 14 de noviembre de 1960, en Sierra Morena.
P3: Pero los orígenes de aquella agrupación venían de bastante antes. Fueron las múltiples aficiones de un conjunto muy variopinto de chavales que, sin proponérselo, coincidieron en aquel tiempo y lugar y tuvieron el momento favorable para acercarse a aquella creación.
RV: Algún conocimiento previo ya teníamos, o curiosidad. Nos habían interesado las noticias de prensa sobre la montaña, o exploraciones, o habíamos visto alguna película interesante.


P3: Tener afición por los minerales, por los bichos, por las plantas, por el monte. Siempre ha sido la tendencia de muchos chicos y jóvenes, que ha sido bien vista o admitida por los mayores. Esa fue en los primeros tiempos la actitud de nuestros padres y de algunos de los educadores. Y eso fue favorable a la curiosidad que nos movía. Lo singular del caso de algunos de nosotros, fue que nuestras inquietudes las desarrollamos de forma autárquica, autodidáctica y con muy poca dirección por parte de quienes nos hubieran podido orientar, antes de unirnos.
RV: Cada uno aprendió, claro. Por ese sistema se aprende mucho más efectivamente que cuando las enseñanzas vienen de maestros que exponen las materias programadas, sin que lo que dicen llegue a interesar a quienes están forzados a oírlas.
P3: El resultado fue bueno. Aprendimos por nosotros mismos. De nuestros propios descubrimientos de la naturaleza, de los hallazgos de verdaderos mundos nuevos en cada piedra, en cada agujero, en cada bicho viviente.
Pero también erramos. A la edad de dieciséis o diecisiete años, se puede asimilar enseguida la necesidad de experimentar sin destruir, pero se arrastra aún mucho de la inconsciencia de la niñez, cuando el descubrimiento se hace mediante la excavación del medio, preguntándose "¿cómo es por dentro?". En las excursiones “libres” capturábamos lagartos y murciélagos, pescábamos galápagos y volvíamos con la mochila cargada de piedras. Y todo lo que caía en el campo de nuestra curiosidad podía acabar y acababa a menudo, siendo materia de un solo uso, porque podía no sobrevivir a nuestras experiencias.
RV: Quizá el Gulmont tardó demasiado en crearse.
P3: Yo, en mis primeros trimestres en la Laboral estaba apalominado. Todos los que dominaban en aquel ambiente eran curas y falangistas. Es cierto que no podía discernir si había otro mundo fuera de ese. Pero no me gustaba. Sí que debo admitir que los dominicos se me aparecieron como más dialogantes que mis educadores precedentes, aunque no sabía, en absoluto, cuál era la vara de medir general y solamente cuando salí de la Laboral empecé a darme cuenta de la realidad educativa y social del país. Allí, el Gulmont me salvó de la Universidad Laboral, dándome nuevos espacios reales de libertad.
Lo mejor de los creadores del fenómeno Gulmont y sus mantenedores, fue que supieron ver enseguida la necesidad de "encauzar" nuestras inquietudes facilitándonos el aprendizaje de muchas materias por las que manifestábamos un interés notorio. Eran disciplinas que hubiéramos tenido en el campo teórico, dentro de los programas de enseñanza en un bachillerato normal, pero que no las teníamos en la Formación Profesional. Para suplirlo, se organizaron los Ciclos de Estudio Gulmont, en el curso 1962-63. Fueron efectivos, didácticos y bien recibidos por los integrantes del grupo y por muchos otros alumnos más desligados de nuestras aficiones. Pero a la teoría había que añadir el conocimiento práctico de todas esas materias, en el campo. A eso estuvo encaminado el Gulmont sobre todo.
RV: Yo diría que el Gulmont tuvo varias etapas, que por asociarlas a los impulsores desde la dirección de la Universidad Laboral, las describiría como las siguientes:
Una primera fue la del P. Gago, como fundador del Gulmont, donde las metas físicas y el contacto con la naturaleza bravía era lo más importante. Fruto de ella eran las innumerables salidas a la sierra cordobesa, venciendo lluvia, frío, calor, kilómetros, peroles cocinados como salieran, … Las rutas del P. Gago fueron un hito importante para la historia del Gulmont (“La reconquista”, “el Cid”, las “Fuentes de España”, …) Así fuimos dejando huellas en Cerro Muriano, Trasierra, Pantano de Bembezar, Puente Mocho, Almodóvar, el Torcal de Antequera y llegamos hasta Sevilla con un buen tramo de camino andando.

P3: Mi compañero José Ignacio y yo dudamos sobre si "apuntarnos" o no, porque lo nuestro era ir por libre. Éramos amigos de las escapadas mañaneras, en domingos dominados por las competiciones deportivas o el atletismo, cuando los frailes que se empeñaban en limitar nuestro espacio vital por la frontera del canal, estaban volcados a animar a sus respectivos colegios y aflojaban el control.
Gago nos decidió.
A Santiago P. Gago como profesor, le han honrado en general y algunos, por experiencias muy concretas, le han vituperado. Creo que eso es bueno. Es señal de humanidad, de pretender un modo de actuar y fallar a veces, y es bueno si se reacciona favorablemente, que creo que él sabía hacerlo. Y de su humanidad puedo dar yo constancia, por compañero. No me acuerdo exactamente cómo le conocí. No me dio clases de Literatura, como a otros que tuvieron esa suerte. Mis contactos con Santiago fueron directamente por el Gulmont. Pero la primera impresión fue buena y no me defraudó, andando el tiempo.
RV: Con Jesús García Álvarez, principal mantenedor del Gulmont, empezó la organización del grupo y la expansión de las actividades a otros lugares de España.
P3: Chus tenía claros los objetivos que debían guiar al Gulmont "... la falta de autocrítica puede ser nuestra perdición. La masificación de actividades minoritarias es un peligro. Por eso hemos pensado en la necesidad de crear grupos seleccionados y básicos, mejor atendidos en sus valores formativos... " (De "1966. Pensamientos sobre Gulmont").

RV: Conseguimos pisar la nieve en Sierra Nevada tras una épica excursión en donde no faltó ni la ventisca, ni el mal de altura y tener que refugiarnos en lo que más tarde sería uno de los refugios mejores de Sierra Nevada (que se ha incendiado, en enero del 2014), continuamos por Burgos, Asturias, Gredos, Pirineos, La Pedriza, Picos de Europa y muchas otras visitas a Sierra Nevada realizando cursos de escalada. Ya nuestras actividades se empezaron a reconocer en la prensa de Córdoba y en la nacional y fruto de ello, con la representatividad del P. Alberto Riera Sellabona, terminó el Gulmont siendo un grupo Federado y con la Concesión de la Placa de Plata de la Federación Española de Montañismo. Durante esta etapa también hemos de resaltar los diversos cursos de escalada y de montañismo que se organizaron, las charlas divulgativas sobre temas de la naturaleza (geología, botánica, …), así como de primeros auxilios.
P3: No olvidemos la espeleología. Si bien para un par de miembros del Gulmont, esta actividad ya venía de antes, fue con el descenso y la exploración de la Sima de Cabra, en 1963, cuando el Gulmont se consolidó como grupo espeleológico.

RV: La salida de la Laboral de los primeros integrantes del grupo (junio de 1963) no fue motivo para no seguir vinculados con diversas actividades: campamentos de espeleología en Baena, Priego, Cazorla, Ojo Guareña, Asturias, Quincoces de Yuso (Burgos), etc. Actividades de montaña: Campamento internacional de Alta Montaña en Pirineos, Campamento en Gredos, Picos de Europa, … Hay otra etapa, en los años setenta que a nosotros se nos desdibuja un poco, la mayoría de las actividades son de tipo escultismo, con campamentos de muchachos con cerca de 200 participantes a la que yo tuve ocasión de asistir casi como mero espectador, pero que no era lo que nuestro Gulmont pretendía, o al menos así lo entendí yo. En esta etapa, sí es digno de mencionar un pequeño grupo de gente que siguió haciendo espeleología con importantes logros en la Subbética cordobesa, pero de los que no nos han quedado apenas noticias. Pero el Gulmont ha seguido vivo como lo demuestra los encuentros que hemos tenido: primer encuentro en octubre de 1998 en Córdoba, nos intercambiamos experiencias y visitamos el Picacho de Cabra, recordando aquella primera excursión a este lugar en el año 1962; segundo encuentro en octubre de 2006, también en Córdoba. Organizamos una visita cultural a Medina Azahara y un desplazamiento a la Sima de Cabra, rememorando las bajadas de los años 1963 y 1968; tercer encuentro en Priego de Córdoba en abril de 2012, donde realizamos una visita a la Cueva de los Murciélagos y una posterior excursión al rio Bailón para llegar a Zuheros, posteriormente nos desplazamos a Fuente Alhama, lugar de los campamento de espeleología de los años 1966 y 1969, con comida en el mismo bar en el que nos reuníamos y atendidos por el nieto del que lo hizo en aquellos años; últimamente hubo otro mini encuentro en Moral de Hornuez (Segovia), esta vez para dar cuenta de un cordero en los asadores del lugar.
En estos últimos años hemos tenido la satisfacción de ver como nuestras actividades de entonces se han reflejado en varias publicaciones, tales como “Historia del montañismo andaluz”, “Historia de la Espeleología en la Provincia de Córdoba, “Historia espeleológica de la provincia de Jaén”, referencias en publicaciones: “VIII Simposio europeo de investigaciones”, “Cueva del Yeso de Baena” y en algunas otras comunicaciones de congresos. Además, el pasado mes de agosto de 2013 recogimos el Premio ESPELEO 2013, otorgado por el Grupo espeleológico de Villacarrillo, a los Pioneros de las Exploraciones en Jaén.

P3: Hay que remarcar el interés que nuestra antigua actividad está suscitando hoy en día entre los espeleólogos andaluces. Grupos como el de Campillos (Málaga), el G.E.A.L. de Cabra (Córdoba), Villacarrillo (Jaén) y G40 de Priego (Córdoba) siguen nuestros pasos explorando de nuevo las cavidades, basándose en nuestras publicaciones. Y debemos citar otros libros recientes: Uno científico "Tesoros, Ayalgas y Chalgueiros" de Jesús Suárez del Museu del Pueblu d'Asturies, que compila la tradición de la fiebre del oro en Asturias y en el que el Gulmont entra directamente en la leyenda. Otro, una novela policiaca con trasfondo histórico: "Detrás de la lluvia", de Joaquín M. Barrero, se basa en un caso del libro anterior y en su trama aparecen algunos personajes de la leyenda en la que nos vimos involucrados sin querer.
Vamos, que a la hora de retornar a puerto, somos ya notables.
RV: Pensamos que el Gulmont ha cumplido las metas que justificaron su existencia, a la labor formativa se ha unido el permanente contacto de la gran mayoría de sus miembros a lo largo de 50 años y la presencia del Gulmont, unido a la Laboral, en todos los que conocieron sus andanzas y anhelos.
RICARDO VEROZ HERRADÓN (RV) Y PERE PLANA PANYART (P3).

http://universidadlaboralcordoba.es/revista/08-marzo2014-web.pdf
Enlace a la revista Paraninfo, nº 8 (descarga en pdf)


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