ÍNDICE DEL GULMONT


de los artículos incorporados a los distintos 'blogs' del Grupo Universitario Laboral de Montaña, con otras NOTICIAS actuales.



miércoles, 25 de noviembre de 2015

¡Que hemos encontrado la Sima del GULMONT!



 

de Rafa Bermudez Cano

25 de novembre de 2015, 5:48
Para: "Ricardo Veroz", "Pedro Plana", "Carlos Echevarría"

 
¡¡¡QUE HEMOS ENCONTRADO LA SIMA DEL GULMONT!!!

Hola de nuevo gulmoneros. Siempre es grato para mi tener una nueva noticia espeleológica sobre el GULMONT y poder compartirla con vosotros manteniendo así la relación que la espeleología nos hace mantener aún. Aunque ya no es una primicia, porque os habréis enterado ya por la página del G40 (no nos pudimos resistir a colgar rapidamente la noticia en nuestra página web -en este caso Aben Aljama-), no quería perder la oportunidad de trasladaros la historia reciente y las emociones que nos ha proporcionado esa sima que lleva vuestro nombre: La Sima del GULMONT. 

Creo si mal no recuerdo que fue allá por el 2011 cuando entré en contacto con vosotros, en un principio a través de Ricardo Veroz y más tarde de Pedro Plana, Carlos Echevarría y más tarde con el resto vosotros gracias a la “quedada espeleológica” que se organizó en Priego de Córdoba en el año 2012, y en la que participaron gran parte de los antiguos integrantes de vuestro grupo. 
La recuperación de la historia de la espeleología cordobesa fue el móvil que nos llevó a entablar charlas ya fuese en persona, por teléfono o por correo electrónico. A la vez tuve acceso a gran cantidad de información a través de la documentación que me proporcionó Ricardo o la que ya habíais colgado en vuestra página web. Con ella hemos podido ir cumplimentando los aspectos históricos de las cavidades en las que hemos ido trabajando, o hemos podido realizar algún que otro artículo dentro del marco de ese proyecto espeleo-histórico al que hemos denominado “Tras las Huellas de la Espeleología Cordobesa”.
Entre toda aquella información me llamó mucho la atención el potencial espeleológico que parecía tener la Sierra del Castillo de Espiel. Con la información verbal dada por Ricardo, varios periódicos de la época, y dos artículos que publicásteis (un primero en el número 6 de vuestro boletín y otro en la revista Bio Karst) nos pusimos tras la pista de varias cuevas y simas que hasta entonces no conocíamos; y es que que el Catálogo de Cavidades de Córdoba que se hallaba elaborando y sigue alimentando el G40 se encontraba en aquellos momentos en pañales en el norte de Córdoba.
Y así tuvimos el primer contacto espeleológico con la sierra de Espiel a mediados de octubre de 2011; no nos fue difícil encontrar una de las cuevas que citábais, mitad natural y mitad artificial en la zona de Peña Redonda, aparte de varias pequeñas cavidades. Quiso la suerte que en una de ellas descubriéramos unas pinturas rupestres de gran importancia que se hallaban inéditas. Ese mismo día iniciamos la búsqueda de nuestros objetivos principales como eran la Sima del Gulmont y la de las Goteras. De la primera pensábamos que debería de ser buena si la habíais bautizado con vuestro nombre, lo que hacía duplicar nuestro interés por ella. Varias salidas más y la ayuda de un lugareño como práctico del terreno nos hizo falta para encontrar el 26 de diciembre la Sima de las Goteras, en cuya sala más profunda se pudieron observar los grafitis que nos indicaban la presencia en el lugar del GULMONT y del GEJAM.
Pero vuestra sima se mantentenía aún esquiva y siguió estándolo por muchas salidas que realizamos en los primeres meses del 2012, en los que nuestro compañero afincado en Córdoba Julio Guijarro tomó la iniciativa de su búsqueda.
No pudo ser localizada pero no nos olvidabamos de ella. Teníamos esa espinita clavada, lo que hizo que ya en 2015 fuese Abén Aljama el que tomara el relevo de su búsqueda implicando a otros espeleólogos del G40 de la capital. En una de las prospecciones de campo junto con Gloria Lara Mengual y Manuel Palma fueron lozalizadas dos simas que aún no se hallaban catalogadas.
El día 20 de noviembre pasado colaboramos en la presentación de un libro sobre la historia espelelógica de otro de los grupos pioneros de este deporte en Córdoba y coetáneo al vuestro: el GEJAM. Aprovechando la presentación quedamos en salir al día siguiente a explorar al menos una de esas simas cuya boca había sido hallada por Manuel Palma. En un primer momento se creyó que estaba virgen, quizás por la estrechez de su entrada que forzó Abén sin llegar a bajar a la base del pozo inicial.
Dormimos bajo el cerro, en la antigua estación de Espiel y por la mañana temprano los tres ya citados, yo mismo y el también veterano Antonio Expósito del Club Rumbo Norte de Jaén nos encaminamos a la boca de la sima. Más tarde se nos sumó Francisco Gamero. 
Efectivamente, como ya habían adelantado los compañeros la boca era muy estrecha y al pozo se le calcularon unos diez metros. Como Abén y yo éramos los únicos pertrechados para el descenso y yo tenía claro que no podría pasar la estrechez, se hizo necesaria una desobstrucción si no queríamos volvernos sin poder explorarla. Como se vio que con los medios que teníamos se hacía imposible ampliar la existente, y viendo que parte de la fractura superficial se hallaba colmatada de bloques y tierra vimos la posibilidad de abrir un paso a escasa distancia del existente. 
Iniciamos los trabajos de desobstrucción que dieron resultado positivo. Una hora después teníamos abierta una segunda boca a poco más de un metro de la anterior. Aún así esta era poco más amplia, y costó trabajo forzarla con el equipo colocado. Vamos, uno de esos pasos que después, durante toda la exploración, estás pensando que tienes que volver a pasar a duras penas. 
No había ni rastro de la instalación de una cabecera anterior. Con un anclaje natural y un spit en la pared izquierda se equipó el pozo. El primero en bajar fue Abén, seguido de mi persona. Estaba claro que él sería el afortunado en explorarla en primer lugar al haber formado parte del grupo que la encontró. 
Al llegar a la base del pozo un cono de derrubios había creado sendas rampas hacia la izquierda y derecha. Por la derecha se hallaba la continuación y tanto la rampa, como una lengua de tierras y piedra nos acompañó hasta el cierre de la fractura. Nada más llegar a la zona más profunda me percaté de que no habíamos sido los primeros en llegar al lugar. Un grafiti realizado con la llama de un carburo así lo atestiguaba. 
Pero la pintada realizada a dos líneas se hallaba muy desvaida y no había manera en un primer momento de descifrarla. Abén se fue a ver una grieta perpendicular a la fractura que se hacía impracticable y que habíamos visto en el centro de la rampa; mientras yo me quedé intentando descriptar lo que en un principio nos pareció un nombre y unas iniciales por debajo separadas por puntos. Todo mi afán era ver si aquél nombre coincidía con alguno de los que conocía como miembros de vuestro grupo pues ya cabía la posibilidad de que fuera la Sima del GULMONT. 
Poniendo la luz rasante y viéndo el grafiti desde distintas ángulos y distancias empecé a conformar las letras que forman las iniciales de vuestro grupo. Mientras tanto Abén había comentado que por aquella grieta salía aire frío y se acercó hacia mi preguntándo “¿tú sabes una cosa?”. En ese preciso instante a los dos se nos encendió la bombilla simultáneamente: ¡estábamos ante la para nosotros histórica y esquiva sima! 
Aquél aire frío era el que citábais en vuestros artículos y la morfología indicada en la topografía y descripciones coincidía. Ya apreciábamos perfectamente las letras del primer renglón cuando Abén hizo un nuevo descubrimiento. Las del segundo no eran letras de iniciales de un nombre y apellidos, sino una fecha que alternaba las cifras arábigas con la numeración romana. Sólo nos quedaba ver si la fecha (6-III-66) coincidía con la expuesta en la antigua topografía, por lo que dimos unas cuantas voces a nuestros compañeros que se hallaban en el exterior para que la vieran en internet a través de los teléfonos móviles. Así lo hicieron y ambas coincidían. La certeza era absoluta. Habíamos encontrado la Sima del GULMONT. 
 
Realizamos un rápido reportaje fotográfico parándonos en especial en intentar reflejar la amplia fractura, no en anchura, puesto que las medidas iban de 0,60 a 1,80 metros sino en la altura de los techos que llegaban a los 15 metros. También en recoger los blancos espeleotemas que nos daban algunas coladas parietales, que brillaban con las luces de nuestros leds. Una pequeña zona de microgours, varias superficies escamosas, varias pequeña banderolas denticuladas y tres o cuatro estalactitas se integraban en la misma, cuya superficie adquiría algo de relieve en algunas zonas. También apreciamos la presencia de dos quirópteros, aunque el güano que cubría gran parte de la superficie de la rampa nos indicaba que existía o debio existir una colonia más amplia.
La salida resultó ser menos penosa de lo que me esperaba. Yo lo hice el último y para cuando vi la luz mi compañero de exploración ya había dado “el parte de incidencias” a los demás a la vez que comentaba que se le había quedado algo así como un hueco en el estómago. No era la falta de comida, sino la conclusión de la búsqueda, pero bueno, tenemos muchas más con la que rellenarlo. 
 
Con esto concluyo mi relato. Espero que os haya acercado a aquellos momentos vividos por nosotros ya que como miembros del GULMONT también sois protagonistas de esta historia.






2 comentarios:

  1. Un buen relato del compañero Rafa Bermúdez, que describe perfectamente lo que vivimos ese día.

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  2. Yo no estuve en la exploración del "6-III-66", ni puedo afirmar el motivo por el que mis compañeros decidieron ponerle el nombre de "Sima GULMONT". No hablé con ellos sobre el tema. Deduzco, por vuestras descripciones, que no fue por la especial belleza de la cavidad. Pero se me antoja que mucho pudo tener que ver la dificultad que encontraron para acceder a su interior. El trabajo pesa más que los encantos naturales.

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